viernes, 16 de abril de 2010

La partida de parchís

Esta es una escena eliminada de mi historia "Mis amigos. Mis secretos. Mis sueños", concretamente del capítulo títulado "Los tres corazones de Kamui". En él hay una escena en casa de Akira, se trata de la merienda de Akira y Akane con Ryuko y Kyojin, bien, pues cuando escribí aquella merienda puse esta partida de parchis entre ellos cuatro, después tuve que suprimirla ya que alargaba demasiado el capítulo, pero eso era lo que sucedía en esa merienda.

Si alguien lee esto y no conoce los personajes y aún así decide seguir leyendo, decir que son dos chicos y dos chicas, amigos y que dos de ellos Akira y Akane suelen discutir frecuentemente, por lo demás son unos amigos normales y corrientes.

Si conoces a los personajes y recuerdas la escena espero que disfrutes de estos momentos eliminados.

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Mientras esperaban que se terminara de secar el vestido de Akane, decidieron jugar a un juego de mesa, el elegido fue el parchís y jugarían por parejas: Kyojin y Akane contra Akira y Ryuko. A Ryuko no le gustaban mucho los juegos de mesa, de pequeña sus hermanos siempre la ganaban a todo y luego se burlaban cruelmente, nunca estaba cómoda jugando a nada, se sentía presionada. Le costó mucho aprender a relajarse y no obsesionarse por si perdía, a eso le había enseñado Akane que puede que fuera la persona con peor suerte del mundo; si se trataba de un juego de azar, Ryuko podría estar tranquila, Akane perdería, por suerte Akane era algo que tenía asumido y solía burlarse de su suerte; y no es que a Ryuko le alegrase que Akane perdiera, no, era porque el humor con que esta se lo tomaba se le contagiaba y dejaba de obsesionarse y así podía relajarse y disfrutas.

Esta ocasión no iba a ser distinta. La mala suerte de Akane se hizo patente enseguida. Mientras ellos tenían casi todas sus fichas en juego, la chica seguía esperando a que le saliera un 5.

- Tú me has dado un dado trucado, trae el tuyo - le dijo mosqueada a Akira arrebatándole su dado. Pero su suerte no mejoró - Pues vale - gruñía.

- Es que no tiras bien - decía Kyojin - El truco está en el giro de muñeca.

- ¡El giro de las narices! - volvía a gruñir Akane.

Al fin consiguió sacar una ficha pero su suerte era la misma, avanzaba despacio, muy despacio.

- Eres la reina de los unos - le dijo Akira.

- Que gracioso que eres, pero que gracioso.

- Tranquila - le dijo Kyojin - Cuando meta todas las mías yo te ayudaré.

- Jo - Akane ponía un gesto mohíno - ¡Esto no es justo!

- Bueno - añadió Ruyko - Piensa que es mejor ir despacio pero seguro.

- Si, no corras mucho - se burló Akira - No te vayas a pasar…

- Ya tuvo que decir su gracia el Bambi, si no la dice es que revienta.

En una ocasión, al tirar el dado, le salió un 3.

- Cuidado con esa velocidad, Akane - volvió a decir en tono burlón Akira.

- Te odio.

- ¿Sabes que voy detrás de ti?

- ¡Ah! ¡Asqueroso! ¡Ni te acerques a mi fichita!

- Si me sale un 4 estás perdida.

Akira lanzó el dado, Akane cruzó los dedos y cerró los ojos… salió un 4.

- Te pillé… conejito.

- Eres malo y cruel, atacas a mi pobre ficha inocente… ¡sádico, pervertido… abusón!

- ¡Ah! El juego es el juego.

- Algún día me vengaré de ti, psicópata.

Pero no fue la única vez que tuvo mala suerte. Cuando consiguió sacar otra ficha, por fin en una tirada, sacó un 6.

- Ojo que Akane se pone las pilas - esta vez fue Kyojin quien se rió.

Tiró de nuevo… otro 6.

- Verás, ahora le saldrá otro y para casita - Akira la guiñó un ojo.

- ¡Cállate ya, mal agüero!

Y le salió el tercer 6. Mientras todos se reían, Akane se cruzó de brazos.

- Toda la culpa es tuya, ciervo.

- Si, tengo los dados amaestrados.

Ya todos había metido varias fichas… menos Akane, que solo tenía dos en juego porque, como siempre tenía la suerte en contra, había estado a un tiro de 5 de comerse una de Akira y le salió pero al tener todavía fichas en su casa, era obligatorio sacar y no se lo pudo comer.

- “Clamé al cielo y no me oyó, y pues sus puertas me cierra, de mis pasos en el tierra, responda el cielo, no yo”

- Muy bonito señorita “Don Juan” ¿a que ha venido eso? - preguntó Ryuko.

- A que ahora, dentro de un rato, voy a matar a un ciervo.

- ¿Yo? ¿Qué culpa tengo yo de que la diosa del azar te odie?

- Tú eres el culpable de todo. ¡Quita esa barrera para que pueda pasar!

- No quiero.

- Algún día Shikamoto… algún día me vengaré.

- Si te dejo pasar voy a ir detrás de ti y ya sabes lo que significa… conejito.

- Realmente eres la persona con peor suerte del mundo - afirmó Kyojin.

- Ya sabes lo que dicen - agregó Ryuko - Afortunada en el juego, desgraciada en amores.

- Pues Akane debe ser muy suertuda en el amor - sentenciaba Kyojin.

- ¿Alguna vez te ha tocado algo en algún sorteo? - preguntaba con media sonrisa Akira.

- Si mira… tú me has tocado las narices.

- Cuando Dios fue a repartir la mala suerte - dijo Ryuko - Se le cayó toda sobre Akane.

- ¡Eh! Que una vez me tocó algo. Se sorteaba un imbécil toca-narices y mira, me llevé el premio gordo: a Akira.

- Vaya ¿Qué te he hecho yo?

- Tú eres una interferencia en mis fuerzas positivas, envías vibraciones negativas a mi cerebro y desequilibras mi paz interior, así no hay manera de atraer y canalizar la energía positiva del universo.

- ¿Qué has dicho? - preguntó Kyojin con cara de no entender aquello.

- Que la pongo nerviosa - aclaró Akira.

- ¡Quita de una vez esa barrera, ciervo del demonio!

- ¿Qué me das a cambio?

- Mi gratitud durante 5 minutos. ¡Tira de una vez! Eres lento para todo ¡Vamos!

- Relájate, te tomas las cosas demasiado en serio, no me extraña que las fuerzas negativas del universo se concentren en ti.

La partida terminó como se suponía, poco importaba quien había terminado primero, el hecho de que todos metieran sus fichas y Akane siguiera sin meter una era lo bastante atrayente como para no fijarse en nada más.

- Creo que esta vez has batido tu record de mala suerte - dijo Ryuko.

- Si quieres, seguimos hasta que las metas - propuso malicioso Akira.

- ¡Vete a chupar un limón!

- Menos mal que no nos hemos apostado nada - habló Kyojin.

- Jo - Akane se cruzó de brazos e infló los mofletes - ¡No es justo!

- Pobrecita - Akira la cogió de los hombros y la acercó a él, pagando la cabeza de Akane a su hombro y le dio unos toquecitos con la mano - Ya pasó, ya pasó.

- Aki - dijo en tono ñoño - Dame chocolate para que me anime, anda.

- ¡Pero si ya te has comido todo! - exclamó Ryuko.

- Jo, Aki, dame chocolate.

- Mejor ve a ponerte tu vestido y nos vamos.

- Si me das chocolate no me enfado contigo en toda la tarde.

- Muy tentador pero no serías capaz de cumplirlo.

- ¿Me acompañas y me ayudas a quitarme el kimono? No quiero arrugarlo o algo.

- ¡Akane! - gritó Ryuko

- Dame chocolate y no les cuento como me has metido mano para bajarme la cremallera.

- ¿Qué? - volvió a gritar Ryuko.

- ¿Qué has hecho, Akira? - le miró inquisidor Kyojin.

- ¡Yo no te he metido mano!

- ¡Uy que no! Anda… dame un poquito.

- ¡No me miréis así! Está fuera de control.

Akane se separó de él de un empujón.

- Vale, vale, lo tendré en cuenta. Después de todo lo que me has sobado… vale.

Akane se levantó. Akira se quedó con la boca abierta mientras Kyojin y Ryuko le miraban fijamente.

- No la hagáis caso… se le atascó la cremallera.

- ¿Y por qué querías tu bajarle la cremallera? - volvió a preguntar con cara de inquisidor Kyojin,

- Yo… ¡ah! ¡Olvidarme!

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