viernes, 24 de septiembre de 2010

DIBUJOS DE MASS



Tengo la suerte increible de que una persona ha decidido hacer un dibujo de un par de mis personajes originales (de mi historia "Mis Amigos. Mis Secretos. Mis Sueños")

La artista se llama BEIRAN y yo estoy loca de contenta y le estoy muy agradecida, para mi es un detalle estupendo que no me lo esperaba.

Beiran, muchas gracias, no solo por este regalo tan bonito si no por leer y seguir la historia.


Estos son los dibujos. Repito que son de ella y no mios y me ha dado permiso para publicarlos.

El chico es Akira, me encanta la chaqueta que lleva con las insignias y los cuernos de ciervo en ella ¿Veis? Lleva la coleta baja... también me gusta ese detalle.

La chica es Akane, me encanta con tanta pequita y tiene cara de pelirroja ¿a que si?

Lo que mas me gusta es que los dos llevan un colgante igualito, con la misma letra, la "A" ¿será porque tienen la misma inicial o será "algo secreto" de ellos? ¿eh? ¿eh? Prefiero pensar que lo llevan igual porque así lo han querido.

He tenido que poner las imágenes en pequeño porque me descuadraba todo pero podeis verlas en tamaño grande y mas dibujos de esta artista en DeviantArt: http://beiran.deviantart.com/gallery/

Desde luego para mi, que alguien dibuje mis personajes es increible. Gracias de nuevo, Beiran.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

KARASU AKASAGAN

Este es KARASU AKASAGAN (o RAUL CRESPO en la versión española), vale, que yo no se hacer cosas chulas ni con el photoshop ni siquiera con el paint pero no os rias porque lo he hecho con toda mi buena voluntad.

Podía estar mejor, ya lo se, podía ser mas sexy, si... pero a mi me gustó la imagen... quizás debiera tener el pelo un poco mas claro pero eso ya iba a ser mucho para mi.

De todas formas para ser lo primero que hago no está tan horrible.

Un pequeños datos de Karasu.

Historia donde aparece: Mis amigos. Mis secretos. Mis sueños.

Nombre: Karasu (significa "cuervo").
Apellido: Akasagan (significa "arena roja". No tuve ninguna razón especial para ponerselo simplemente me gustaba).
Genero: Masculino.
Color de pelo: Castaño claro.
Color de ojos: Castaños.
Estatura: 1,80 cm.
Complexión: Normal, bien tonificado.
Apodos y razón: No tiene ninguno en particular, si acaso "Eichi" (pervertido) porque no oculta su gusto por las mujeres.
Edad y Fecha de Nacimiento: 19 años - 27 de Abril (Tauro).

sábado, 11 de septiembre de 2010

Un regalo para Analy

Analy pidió como regalo por ser usuaria del mes de Julio de EL CLUB DE LAS NEURONAS DURMIENTES un relato, de mi historia MASS y a ser posible que ella saliese... pues aquí está. He tardado un poco porque no me llegaba la inspiración apropiada pero por fin lo terminé.

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EL HADA MADRINA

Era un día triste y oscuro. Amaneció lloviendo y no paró en todo el día. No había salido el sol, al menos no se había visto, el ambiente era plomizo e inundaba el lugar con una especie de melancolía que no ayudaba al estado de ánimo de Akira.
Quizás era solo tristeza lo que sentía, no lo sabía muy bien, pero daba igual, lo que si era seguro es que no tenía ganas de nada. Habitualmente ya le costaba ser activo pero es que hoy... hoy había sido un día pésimo.

Se despertó como siempre, no recordaba despertarse más melancólico de lo habitual, pero tampoco más eufórico. Como ya iba siendo parte de su rutina diaria, la primera persona a al que vio al salir de su cuarto fue a Akane, hoy ya vestida y lista para salir.
- Hola Aki - le dijo con una sonrisa - Hoy no te voy esperar, he quedado con las chicas.
Miró su reloj ¿tan tarde era? No, era como siempre ¿a que vendrían esas prisas? Iba a preguntárselo pero, como también estaba empezando a ser habitual, la chica puso un beso rápido en su mejilla y salió de la casa.
- Nos vemos en clase, Bambi - la oyó decir mientras cerraba la puerta.
Akira llevó su mano a la mejilla, allí donde había puesto el beso ¿que manía tenían las chicas de dar tantos besos? Si supiera que a cada beso que le daba aumentaban sus esperanzas no le besaría tanto.
Como Akane se había marchado decidió que en lugar de prepararse el desayuno iría a ver a su madre a ver si, con suerte y llevada por el mimo natural que las madres tienen con sus niños, se lo hacía ella. Cruzó el jardín interior que separaba las dos casas y entró en la cocina donde su madre y su hermana estaban desayudando.
- ¡Feliz cumpleaños! - Chiharu se tiró prácticamente a su cuello - A pesar de lo asqueroso que eres aún te quiero un poco.
- Va... vale.
Su madre le abrazó efusivamente mientras decía esas frases que suelen decir las madres sobre lo que había crecido su niño, con lo pequeñito que era.
Era su cumpleaños y Akira no lo recordó hasta que recibió las felicitaciones, pues menos mal que Akane se había marchado porque si no hubiese desayunado con ella y la charla de su madre por no ir a verla hubiese sido monumental.
En la calle le esperaba Kyojin para felicitarle. Y al llegar al aula lo primero que se encontró fue a Karura con un regalo en las manos.
- ¡Feliz cumpleaños Aki! - le dijo ofreciéndoselo.
- Gracias, vaya, no me lo esperaba.
- Si es que eres muy tonto - y le regaló además un corto beso en los labios - Espero que te guste.
Akira soltó su cartera y abrió el regalo. Era una pluma.
- Vaya, gracias Karura.
- Espero que escribas poesías preciosas con ella. Y ya sabes, hay dos cosas que nunca debes dejar que "use" otra persona, así que no se la prestes a nadie.
- ¿Que cosas? - se interesó Kyojin.
- La pluma y la chica - contestó la chica guiñando un ojo.
Eso había ido por Akane, seguro, instintivamente Akira la miró, estaba sentada en su asiento y le observaba con el ceño fruncido... ya se había mosqueado... que mujer más complicada ¿Y cómo no se había acordado de su cumpleaños? Eso si que era extraño, Akane siempre recordaba los cumpleaños de todo el mundo... claro, de todo el mundo menos el suyo.
Todos le felicitaron, le tiraron de la orejas y se llevó alguna que otra colleja... todos, salvo Akane. Esta permaneció en su asiento atenta a su libro de biología, sin levantar la vista de él. Solo lo hizo cuando, de forma escandalosa, entró Yuri en la clase, más bien porque era imposible ignorar su chillona voz gritando sus felicitaciones, si existía alguien que ignoraba que hoy era el cumpleaños de Akira, sin duda que gracias a Yuri ya lo sabía.
Primero le plantó un efusivo beso en la boca y no un simple piquito, no, que agarró la cara de Akira con sus manos y se encargó de que el chico no pudiese apartarse fácilmente mientras se escuchaban silbidos y risas entre los demás.
- Yuri... que me asfixias, burra.
- Toma, mira lo que te he comprado. No te van a regalar nada igual.
Akira cogió con miedo una bolsa de regalo, a saber que tendría dentro. Era una caja estrecha y alargada, no estaba envuelta, la puso encima de su mesa y la destapó. Los silbidos y risas se hicieron aún mas patentes. Akira cogió con dos dedos los que había en su interior y se lo mostró a Yuri... era un conjunto de lencería, un sujetador y unas braguitas, de color rosa pálido con encaje blanco y bastante atrevido.
- ¿Que me estás insinuando? - preguntó a su amiga arqueando una ceja - ¿Que a mi me gusta ponerme estas cosas?
- ¡Tonto! - rió estruendosamente Yuri - Es para que se lo des a la chica que te apetezca.
Akira la miró aún mas asombrado.
- ¿No era un regalo para mi?
- Claro... para que se lo ponga para ti y así lo disfrutes tú, tontaina - volvió a reir Yuri.
Sonó el timbre que indicaba el comienzo de las clases y todos marcharon a sus asientos, Akira volvió a mirar a Akane cuyo gesto de enfado se había acentuado. Desde luego que esta Yuri era especialista en ponerle en situaciones comprometidas, ahora seguro que Akane pensaba que ese conjunto lo había comprado para ella misma... por la talla del sujetador lo parecía.


Y así había pasado el día, entre las risas y los comentarios de todos y la indiferencia de Akane que no había hablado con él más que frases sin importancia. Estaba mosqueada, lo sabía... maldita cabezota ¿y ahora que culpa tenía él de las ocurrencias de Yuri? ¿Y por qué se preocupaba? a fin de cuentas debía ser él quien se mosquease con ella por no decirle ni siquiera un "feliz cumpleaños" y lo peor de todo es que ahora vivía de "alquilada" en su casa y tendría que verla aunque no quisiese... maldita condenada cabezota.
Para colmo de males llovía y su madre le había mandado a comprar huevos ¿por qué siempre que llovía, justo ese día, a los de los huevos les daba por regalar algo si ibas a comprar? Metido dentro de su chubasquero caminaba taciturno recordando que la última vez se empapó pero bien y luego vinieron las anginas... y Akane cuidándole... maldita sea. Esta vez regalaban natillas de chocolate y su madre había insistido en que tenía que ir a comprar los huevos porque a Akane le gustaba mucho el chocolate... lo que le faltaba, encima su madre ya pensaba en ella más que él ... claro, como a la señorita le gusta el chocolate hay que ira a por la dichosas natillas, como se nota que su madre no sabe el efecto que el chocolate tiene en Akane y que no es ella quien la va a tener que soportar luego... tanto mimo que tenían con ella para que no se sintiese sola le estaba empezando a tocar las narices.
Iba a girar una esquina cuando un fuerte golpe le hizo perder el equilibrio y casi caer. En un acto reflejo soltó la bolsa con los huevos y las natillas e intentó sujetar a la persona que había chocado con él pero sin suerte.
- ¡Maldita sea, mira por donde vas! - le gritó una voz femenina.
¿Que mirara por donde iba? Si el iba mirando perfectamente por donde iba, era ella la que había girado la esquina con prisas y sin ningún cuidado... una chica tenía que ser.
- ¿Estás bien? - le dijo ofreciéndole una mano.
- ¿Tu crees que estoy bien? - contestó la chica con bastante enfado - ¡Mira como me he puesto! ¿Y mi paraguas?
Akira lo recogió del suelo donde había caído y se lo dio.
- Desde luego que no pueden pasarme mas cosas malas, no - gruñía la chica.
- ¡Mierda! - se quejó a su vez Akira mirando la bolsa con los huevos rotos en el suelo - ¡Mierda, mierda, mierda!
La chica dirigió su mirada hacia la bolsa, luego miró a Akira que se rascaba la cabeza y luego de nuevo la bolsa.
- ¿Te he roto los huevos? - Y comenzó a reir.
- No le veo la gracia a que me rompas los huevos.
La risa de la chica se hizo aún más escandalosa.
- ¡Te he roto los huevos! ¿Lo pillas? ¡Los huevos!
Akira la miraba totalmente asombrado, no si, pillarlo lo pillaba pero no le veía la gracia. Pesadamente recogió la bolsa del suelo y con cuidado sacó las natillas algo sucias de huevo.
- Agg... ahora me tocará ir a comprar mas huevos... menuda se va a poner mi madre si no se los llevo... espero que me los quieran vender... agg... que pesadez ir otra vez hasta allí.
- ¿No irás a tirar esas natillas, verdad?
- ¿Eh? No, conozco a una fanática del chocolate, cuanto más tenga mejor.
- Ah, que pena.
- Aunque... ahora que lo pienso, no creo que me quieran regalar más.
- Creí que las ibas a tirar... era para que me las dieras.
Akira la miró frunciendo el ceño.
- ¿Quieres mis natillas?
- Solo si las ibas a tirar... es que son de chocolate.
- ¿Que clase de chica eres tú que vas pidiendo las natillas a cualquiera por ahí?
- Pues una chica a la que le gusta el chocolate.
- Ah... mujeres... De todas formas las necesito, son para una choco maniaca y no creo que en la tienda me den más.
- ¿Por qué? ¿No tienes dinero?
- No, es que las dan de regalo con los huevos pero solo un paquete por cliente. En fin, voy a ver si puedo comprar más huevos.
- ¡Espera! Que me ha venido una gran, maravillosa, fantástica, enorme idea.
- Si, parece grande.
- ¿Y si voy yo a comprar los huevos?
- Pues te regalarán unas natillas.
- ¿No lo entiendes? Tú eres un poco cortito ¿no? Tú me das el dinero, yo compro los huevos, te los doy y me quedo con las natillas ¿eh? ¿A que es un plan fantástico?
La chica le miraba con carilla de pena. Era una chica algo más joven que él, eso le parecía, alta, muy alta, más alta incluso que Xu-Xu, casi era tan alta como él, muy delgada, de pelo cortito, por la nuca, de color chocolate al igual que sus enormes y expresivos ojos. Akira meditó durante unos segundos, si entraba la chica a por los huevos seguro que no había problemas, eso parecía un acuerdo en el que las dos partes saldrían beneficiadas.
- Está bien.
- ¡Bien! A ver si el chocolate me anima, venga, vamos, vamos.
Iba a ser un camino incómodo, presagiaba Akira, a él no se le daban bien las conversaciones con extraños.
- ¿Eres de por aquí? - preguntó por no dejar que el silencio les invadiese.
- Ala pues no, estoy de visita.
- Lo suponía.
- ¿Y eso? ¿Cómo lo has averiguado?
- Porque si fueras de por aquí y gustándote tanto el chocolate como parece sabrías cual es la tienda que regala natillas de chocolate si compras huevos.
- Ah... Eso no me serviría de nada.
- Seguro que te las apañarías para convencer a tu madre.
Llegaron a la tienda, Akira le dio el importe de los huevos a esa chica y esperó fuera. Al rato la chica salió triunfante mostrando la bolsa.
- Ala, ya está, toma... yo me quedo con las natillas.
- Si, si... para ti - la chica dio un estornudo - ¿Te apetece tomar un chocolate calentito?
- Claro que me apetece pero no tengo dinero.
- Te invito... es lo menos que puedo hacer después de haberte tirado al suelo y que te empaparas el... que te sentarás en un charco.
La chica pareció analizar la situación.
- ¿Invitas a todas las chicas a las que empujas?
- No, solo a las que me rompen los huevos.
Volvió a romper a reir.
- En realidad la culpa fue mía.
- Venga, te sentará bien, hay una cafetería aquí cerca.
- Ah pues vale, pero no intentes aprovecharte de mi, no lo lograrás, se gritar muy fuerte, te lo advierto.
- De acuerdo. De todas formas ¿Tú aceptas la invitación de cualquier extraño?
- Es cierto... ¿Cómo te llamas?
- Akira.
- Yo soy Analy - le tendió la mano que Akira estrechó - Encantada de conocerte. Ala, ya no somos extraños.
Era una chica muy agradable y espontánea que enseguida cogió confianza con Akira y comenzó a contarle el horrible día que había tenido. Discusiones con su madre, peleas con su hermana, su mejor amiga no se había conectado en días, no sabía nada de ella y tenía tantas cosas que contarla y para colmo, el chico que le gustaba había anulado la cita que tenían porque decía que tenía que estudiar. Y sin darse cuenta, Akira terminó hablando de él mismo, de su problema con cierta cabezota que no había recordado su cumpleaños y que encima se había enfadado porque unas amigas le habían hecho un regalo ¿quien entendía a las mujeres?
Analy vio entrar en la cafetería a un chico vestido con una gabardina con el cuello levantado y unas gafas oscuras que se acercó derecho hacia ellos.
- Yo que tú empezaba a rezar lo que supiera - dijo casi en un susurro mientras dejaba sus gafas, llenas de gotas de lluvia sobre la mesa - Perdona ¿no tendrás un pañuelo de papel?
- Hombre Shibi - habló Akira - ¿Cómo tu por aquí?
Analy, sin dejar de mirarle metió la mano en su bolso y sacó un paquete de pañuelos.
- Gracias, con esta lluvia no veo nada - dijo tranquilamente mientras empezaba a limpiárselas - Ryuko y Kyojin están tratando de tranquilizar a la bestia. Te estábamos esperando y como no venías hemos salido a buscarte, ya sabes como es.
- ¿Akane me está buscando?
- Ajá... y te ha visto.
- ¡Lo que me faltaba!
- Voy a pedirle un chocolate como el de tu amiga, a lo mejor así conseguimos que no te mate.
- ¿Por qué me está buscando?
Pero Shibi no le contestó porque ya se había alejado hacia la barra para pedir el chocolate. Akira suspiró.
- Avísame, tu que ves la puerta, si entra una loca con cabeza de calabaza y ojos echando fuego.
- Pues creo que acaba de entrar ¿Es ella la chica que te gusta?
- Así que el ciervito estaba escondido aquí - decía Akane mientras se sentaba al lado de Analy - Y todos, como imbéciles esperándote.
- Hola, eh, hola, hola Kyojin, hola Ryuko - saludó Akira a sus compañeros intentando ignorar su mirada penetrante.
- Mira no me ignores que tengo muy mal día - gruñó Akane.
- ¿Tu tienes mal día? - replicó Akira.
- Lo has estropeado todo ¿lo sabías?
- ¿Que yo qué?
- Perdonad - habló interrumpiendo Analy - Mejor yo me voy.
- Si no hace falta - Akane movió bruscamente la mano y golpeó la taza de chocolate de Analy, las dos hicieron un gesto para cogerla pero calló derramando el chocolate que aún quedaba y que empezó a escurrirse por la mesa para terminar en los pantalones de Analy. Ambas gritaron alarmadas.
- ¡No! - se quejaba Analy - ¡Mi chocolate! ¡Esto es una desgracia!
- ¡Lo siento! - gritó Akane - ¡Esto es irreparable!
- Deja - intervino Ryuko - Si le damos con agua antes de que se seque será fácil de limpiar. Vamos al baño.
- ¡Me refiero al chocolate! - dijeron las dos chicas a la vez, se miraron y rompieron a reir - ¡El chocolate es el chocolate! - volvieron a decir a la vez y también a reir.
- Vale... Dios las cría y ellas se juntan - comentó Kyojin.
- ¿Te gusta el chocolate? - preguntó Akane abriendo mucho los ojos.
- Con locura ¿Y a ti?
- ¿Que dices? Yo soy una choco maniaca compulsiva.
- ¡Hermana! - gritó Analy - ¡Entonces tú comprendes mi drama!
- Pues claro, no hay nada peor que ver que se desperdicie el chocolate.
- Anda, vamos al servicio antes de que se seque - sugirió Ryuko - Yo te acompaño, venga.
- Anda si ve - dijo también Kyojin - Ahora te pedimos otro.
En el servicio Ryuko y Analy frotaban con agua el pantalón.
- Vas a estar mojada.
- Es igual, ya me mojé el pandero.
- Siento que mi amiga fuese tan maleducada.
- Ah, no pasa nada, se ve que le gusta Akira y se ha puesto celosa... estoy acostumbrada a esas cosas.
- Si... tienes toda la razón, pero no se lo digas o te pateará.
- ¿Que pasa? ¿Lo niega?
- Rotundamente.
- Pues es muy mal mentirosa, no engaña a nadie.
Analy y Ryuko regresaban justo cuando Shibi llegaba a la mesa con el chocolate que había pedido para Akane.
- Gracias - dijo Analy sentándose y cogiendo la taza.
- ¡Eh! ¡Quieta parada! - bufó Akane - Ese chocolate es para mi.
- No, perdona, pero tú me tiraste el mío, este es para mí.
- ¿Quieres que lo discutamos?
- ¡Vale! - Kyojin se interpuso entre las dos - No es para ninguna, es para Ryuko... el vuestro lo pedimos ahora ¿vale?
- Jo - se quejaron las dos chicas a la vez.
- Ya es duro aguantar a una loca por el chocolate imagínate a dos... - murmuraba Akira.
Las dos chicas se miraron retadoras, luego miraron con pena a Ryuko como se empezaba a tomar su chocolate y volvieron a reírse a la vez.
Después de tomarse cada una su chocolate salieron a la calle. Casualmente Analy iba en su misma dirección y al final tanto Analy como Akane hicieron muy buenas migas hablando todo el camino de lo maravilloso que era el chocolate y de lo que les gustaba, así hasta llegar a donde tenían que separarse.
- Oye ¿Por qué no vienes a nuestra fiesta? - propuso Akane.
- ¿Que fiesta? - interrogó Akira.
- La de tu cumpleaños, imbécil, que no te enteras de nada.
- A ver Akane - habló Shibi - Si era una fiesta sorpresa ¿cómo quieres que se entere?
- ¿Pues no es tan listo?
- Pues ya de sorpresa no tiene nada - se quejó Kyojin.
- ¿Me habéis hecho una fiesta? - volvió a preguntar Akira - Kyojin sabes que no me gustan las...
- Tu te callas - le cortó Akane - Me ha costado mucho para que luego estuvieras por ahí con otra chica, desconsiderado, que eres un desconsiderado.
- ¿Las has organizado tú?
- Si ¿que pasa? Quería darte una sorpresa.
- Creí que no te acordabas de mi cumpleaños.
- ¡Cómo no voy a acordarme! Tonto, que eres tonto.
Akira sonrió, así que por esa razón le había ignorado todo el día, para que no sospechase.
- Bueno - dijo Analy - Yo me marcho.
- Ven con nosotros - repitió Akane - ¿O tienes algo que hacer?
- No, realmente no pero no quiero molestar.
- Pues ven... nos lo pasaremos bien y tenemos tarta de chocolate.
Y al final fue, porque no había nadie más insistente que Akane y el chocolate era una gran argumento.

Era una fiesta muy divertida, no había mucha gente, solo unos pocos amigos y Analy era una chica extrovertida que en seguida congenió con todo el mundo. Había un chico rubio muy gracioso que contaba unos chistes malísimos y una chica, Sumire la llamaban, que hablaba de anécdotas divertidísimas.
Una chica rubia, muy llamativa y sexy propuso jugar a "7 minutos en el paraíso". Fue Akane la primera en protestar.
- Ya estás con tus manías de monja, eres una pesada - la regañó la chica rubia - ¿Por qué tienes que fastidiar a todo el mundo?
- Porque no me da la gana de meterme en un armario - gruñía Akane, desde luego que no, no iba a meterse en un armario.
- Lo que no quieres es besar a un chico.
- Vale, lo que tú digas.
Analy observó que Akira no dejaba de mirar intranquilo a Akane, al igual que Ryuko y otra chica morena de pelo largo y muy guapa.
- No podemos meternos en ningún armario - intervino Akira, que desde luego no iba a dejar que Akane lo pasase mal conociendo su claustrofobia - Todos están llenos. Lo siento Yuri pero no voy a vaciar ninguno.
- Pues nos metemos en una habitación.
- Pues a la botella - propuso Sumire - Anda, vamos a jugar, venga, venga, venga Akane di que si.
- ¿Pero que obsesión tienes tu con los besos? - inquirió Ryuko.
- No - contestó Yuri - Que Akane no va a querer... todos sabemos que es una reprimida.
- ¿Por qué no jugamos a "Verdad o reto"? - se apresuró a proponer Analy que no sabía porqué pero veía que aquello iba a terminar muy mal.
- Porque Akane no querrá - contestó Yuri - Ella es así de amargada, nunca juega a nada.
- Eso será porque tú lo digas - la retó Akane - Apuesto a que me atrevo a más que tu.
- ¿Ah si? Eso habrá que verlo.
Empezaron a jugar. La verdad es que ni las preguntas ni los retos eran demasiado comprometidos, lo suficiente para reírse un rato. Así hasta que le tocó elegir a Akane.
- ¿Verdad o reto? - preguntó Sumire.
Akane no lo dudó.
- Reto - no quería arriesgarse a que le preguntasen si le gustaba Akira o algo por el estilo.
- ¿Tan valiente te crees? - se burló Yuri.
- Ya ves.
- ¿A que no te atreves a que te bese un chico?
- ¿Que chico y donde?
- En la boca y el chico... un desconocido.
- ¿Que vas a salir a la calle a buscar uno? - rió Kyojin.
- No... Tapamos los ojos a Akane y que no sepa quien es.
- ¿Y como lo vais a elegir? - se interesó Analy.
- No se... ahora lo deliberaremos.
- ¿A suertes? ¿Lo echamos a suertes? - propuso la chica, todos la miraron - Podemos escribir los nombres en un papelito y que ella misma lo saque... la suerte decidirá.
Yuri sonrió maliciosa.
- Estupendo... y Akane no sabrá quien le besa... ¿Te atreves a que te bese alguno de estos sin que sepas quien es?
Akane miró a todo el mundo... ahora no podía echarse atrás, ni gruñir, siempre gruñía y Yuri terminaba diciendo que era una amargada.
- Está bien - respondió pensando que un besito sería corto, quien fuese no iba a entretenerse en darse el filetazo - Claro que lo hago.
- ¡Bien! - exclamó Analy - Yo hago los papeles, darme una hoja y un bolígrafo.
Así lo hicieron, Analy cortó el papel en trocitos iguales.
- A ver - decía mientras escribía - A-ki-ra - dobló el papel y lo metió en una cajita que también le habían llevado - Shi-bi... este nombre es cortito, Ky-o-jin ¿se escribe con "y" verdad?
- Si, si
- ¿Tu como eras?
- Nowaki
- No-wa-ki ¿y tú?
- Karasu
- Ka-ra-su y tu eras Kenshi ¿a que si?... Ken-shi... Su-o, este si que es cortito ¿y?
- Misaki
- Mi-sa-ki.... ya están todos. Venga taparle los ojos y que coja un nombre ella misma al azar.
Akane, con los ojos vendados metió la mano en la caja y sacó un papel.
- ¿Quien lo lee?
- Yo misma - dijo Yuri quitándoselo, lo miró y sonrió abiertamente con satisfacción - Chist... vosotros no hagáis ni un ruido ¿eh?
Akane estaba impaciente y nerviosa, quería que esa tontería acabase ya. Sintió unas manos cálidas rozando sus mejillas y luego unos labios suaves y ardientes besando dulcemente los suyos, besos pequeños y agradables... besos que no le eran desconocidos.
Mientras veía la escena Analy llevó sus ojos a su reloj ¿Ya era tan tarde?
- Me tengo que ir - susurró al oído de Shibi - Es tardísimo.
- Pero... espera que te acompaño...
Y salió corriendo todo lo que sus piernas le permitían... se le había pasado el tiempo volando y no quería ni imaginarse la bronca que le esperaba de su madre.

El beso duró más de lo que nadie se imaginaba y cuando se separaron se oyeron un montón de aplausos y vítores. Akane se quitó la venda y miró al dueño de esos labios que la habían besado con tanta ternura... Akira.
- Vale - decía Yuri - Lo reconozco, eres una valiente, pero la próxima vez que te toque no te atreverás... voy a pedirte que te pongas en conjunto que le regalé a Akira.
- ¡Yuri! - exclamó Jisei - ¡Mira que eres... perversa!
Akira se acercó a Shibi que le ofreció un vaso de refresco.
- Toma, lo necesitas.
- Oye ¿Y Analy? - se extrañó de no verla.
- Ha desaparecido. Ha sido un visto y no visto.
- Que extraño... Apareció de golpe y se marchó de golpe.
Shibi sonreía, tenía en una mano la cajita con los papelitos.
- Es que es tu cumpleaños.
- ¿Y eso que tiene que ver?
- ¿Crees en el destino? - le dio la caja - Toma, mira.
Akira sacó un papel... Akira ponía en él... otro... Akira... otro... Akira... en todos ponía su nombre.
- ¿Pero...?
- Quizás tu hada madrina te concedió tu deseo ¿no?